Es en la comarca de las Merindades, Burgos y en su localidad de Cillaperlata, en la iglesia de Nuestra Señora de Covadonga, donde podemos admirar la talla del siglo XII, de estilo románico, más antigua que se conserva de nuestra Virgen de Covadonga. Copia u original, de la que existía en Covadonga antes del incendio, en el año 1.777.
El 17 de octubre de 1777, nuestro Santuario de Covadonga queda totalmente destruido por las llamas, y las dos tallas de la Virgen existentes, se consumen bajo el fuego. Una de ellas, parece ser que se utilizaba para actos multitudinarios y que se encontraba en la parte inferior de la Cueva ( románica y hermana gemela de la actual existente en Cillaperlata) y la otra, con cierto parecido a la que actual conocemos de cuya procedencia hablaré a continuación.
Tras el incendio, el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778, cede una talla datada en el siglo XVI. Durante la Guerra Civil dicha talla desaparece y se gestiona el traslado de la Virgen de Covadonga de Cillaperlata a Covadonga; cuestión que no llega a realizarse, probablemente al aparecer posteriormente en Paris .
En la actualidad la talla visible bajo la cueva, es una copia de ésta ( S.XVI) realizada en poliéster ( para protegerla del agua). La original se encuentra en una capilla interior de la Colegiata de San Fernando (anexa a la cueva). Por otro lado en Covadonga, existe otra reproducción en madera también realizada en el siglo XX.
Si bien existe cierta polémica sobre cual de las dos tallas fue la original y cual de ellas es copia; si la de Cillaperlata o la que se quemó y albergaba Covadonga hasta el año 1.777 o viceversa; lo que a mi personalmente me resulta maravilloso y extraordinario, ha sido, que al menos una de ellas se mantenga viva y podamos contemplarla.
Para poder entender este hecho, hemos de saber que en Cillaperlata , fue erigido entre los siglos VII o principios del VIII ( otras fuentes lo sitúan un siglo antes) el monasterio de San Juan de la Hoz, del que hoy quedan unas escasas ruinas después de su destrucción por las tropas francesas, su expolio posterior y la desidia. Dicho asentamiento pertenecía a la orden benedicitina, y veneraba a la Virgen de Covadonga ( hemos de entender que ha de ser posterior al año 722, año de la Batalla de Covadonga). Hay dos versiones antagónicas sobre cual es original o copia. Una sitúan a la de Cillaperlata como copia de la existente en Asturias, la cual es traslada al monasterio de San Juan de la Hoz desde Asturias por un monje benedictino, primera orden que se establece en Covadonga; y la otra teoría, que es trasladada una copia desde Cillaperlata por monjes Benedictinos hasta Covadonga. Lo que si parece estar constatado, son las relaciones existentes entre ambas monasterios, argumentado ya en el siglo VIII, donde Alfonso I se traslada a Asturias con varios monjes benedictinos del monasterio de San Juan de la Hoz, para fundar otro monasterio consagrado a la Virgen de Covadonga.
Por otro lado, las relaciones con Cillaperlata nos lleva al 9 de agosto de 779 ( otros textos hablan del año 726 ) , donde leyendas y crónicas, sitúan al ejercito cristiano, comandado por capitanes de don Pelayo a escasos kilómetros de aquí. Se enfrentan a las huestes musulmanas y éstas son vencidas. La batalla que duró varios días, fue tan cruenta, que según la leyenda tiñó el Ebro, y que la Virgen alargó la luz del día dos horas más para conseguir que los cristianos se impusiesen sobre los sarracenos . La contienda acaecida se conoce como: “La Batalla del Negro Día”. De ahí que la Virgen de Encinillas sea también conocida como la del ‘Negro Día’. Se erige la ermita de Nuestra Señora de Encinillas, y en ella se dan sepultura a los capitanes cristianos, en la que hasta hace años se podían ver más de un centenar de sepulturas ( si pulsáis en dicho enlace, he subido una foto antigua con restos de alguna sepultura) ; hoy dicho campo está convertido en una zona para barbacoas (no se pueden ver restos de dichas sepulturas, pues han sido utilizadas para otros menesteres, junto a la falta de excavaciones y estudio como merece). Con independencia de su veracidad ( historia, mito o leyenda), qué triste, y que esto hubiera ocurrido en pleno siglo XX y XXI. Lamentable .
El benedictino Gregorio de Argáiz describía así este lugar en el siglo XVII:
«… se ve a la otra parte del Hebro, al Oriente, el Campo de Negrodia con más de quinientas sepulturas amojonadas a los pies, y cabecera, cada una con dos losas, y en medio una Hermita de Nuestra Señora de Encinillas, que muestra todo el auer tenido aqui algun sucesso funesto…».
Si deseas más información y video, sobre la ermita de Nuestra Señora de Encinillas y la Batalla del negro dia, pulsar aquí.
Así mismo, las tradiciones de la zona de Cillaperlata aseguran que tras la batalla de Covadonga, Ermesinda, hija del rey Don Pelayo, tuvo presencia como novicia en el monasterio de San Juan de la Hoz de Cillaperlata.
Por otro lado, en las proximidades del monasterio de San Juan de la Hoz se localizan 84 tumbas, la mayoría excavadas en la roca, de los siglos VIII y XI, pertenecientes a los ocupantes del monasterio. Las tumbas siguen el ritual cristiano medieval en su orientación, con los pies hacia el Este. ( Necrópolis y ruinas de la granja de Valdenubla).
Hoy la iglesia de Cillaperlata, alberga junto a talla románica de la Virgen de Covadonga, otra talla románica : la Virgen de Encinillas o Virgen del Negro Día.
La talla de la Virgen de Covadonga de Cillaperlata las podemos describir como: de estilo románico, SXII-XIII, sedente, policromada, y con el Niño a su lado izquierdo. Presenta corona y el Niño sostiene en su mano izquierda la bola del mundo.
Sea cual fuere la original y la copia, como he dicho con anterioridad, lo importante es que aún podamos contemplar una de las dos tallas originales de nuestra Virgen de Covadonga ( La Santina).
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